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God Eater 2
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God Eater 2: Rage Burst [Review]

by Alejandro Serrano Durán

Los occidentales somos muy diferentes de los orientales y creo que es por esta razón, que quienes vivimos en este lado del planeta sentimos cierta fascinación por su cultura, mucho más quienes desde pequeños hemos tenido la oportunidad de ver sus animes, tener sus juguetes y obviamente jugar sus videojuegos, por eso es que para mi, tener la oportunidad de poner mis manos en un juego como God Eater 2: Rage Burst es una de esas oportunidades de hacer varias cosas que me gustan al mismo tiempo.

La historia del God Eater es sencilla, pero como bien saben hacerlo los japoneses, logran volverla complicada.  La tierra (nuestra tierra), se ha visto invadida por unos ‘dioses’ llamados los Aragamis y obviamente como lo más fácil es atacarlos en vez de sentarse a conversar con ellos y buscar una solución pacífica a la invasión, deciden atacarlos, creando unas armas llamadas las God Arcs, que no pueden ser portadas por cualquier persona, ya que al ser construidas con las mismas partes del cuerpo de los Aragamis derrotados, pueden ser portadas únicamente por personas que hayan sido seleccionadas dentro del pequeño número de seres humanos que aún quedan con vida.

Esta historia, lanzada originalmente en febrero del 2010 para la PSP, cuenta con una enorme fanaticada en oriente y ahora, gracias al esfuerzo de Shift Company y Bandai Namco, llega a nuestro continente, con la segunda edición de este juego que en Japón se lanzó en el 2014 y que ahora, gracias al boom por las cosas orientales, llega en el verano del 2016 para Playstation 4, PS Vita y Windows PC a través de Steam.

Lo primero que nos encontramos en el juego, es el tema de la personalización de nuestro personaje.  Esto en oriente sería sencillo, pero como es un juego japonés, tienen que hacerlo lo más complicado y minucioso posible, con varios estilos de pelo, rostro, color de ojos, accesorios y lo que más me sorprendió, la capacidad de elegir un tono EXACTO de piel con escala RGB, algo que nunca había visto en un juego.

God Eater 2

Traté de que mi personaje se pareciera lo más posible a mi, pero como no lo hay calvo, decidí ponerle un parche en el ojo.

El inicio es algo lento, pasamos obviamente por un proceso de entrenamiento en el que entenderemos cómo funcionan los movimientos básicos del personaje, cuál es la relación entre el God Eater y su propia God Arc y empezaremos a conocer a los personajes que nos irán acompañando dentro del juego, así como los tres pisos de Fenrir, la compañía sueca para la que trabajamos y quienes fueron los que entendieron la procedencia de los Aragamis, sus poderes y cómo utilizarlos en su contra para derrotarlos.  Ellos, o mejor dicho, nosotros, somos la última línea de defensa de la humanidad.

Esto lo entiendo ahora leyendo un poco sobre el juego en Internet, pero realmente no es que la historia quede muy clara para quienes no hayamos jugado los anteriores God Eater, así que al empezar el juego me sentí un poco a ciegas sobre lo que estaba sucediendo.  Y fue peor cuando comencé a entenderlo.

Si este juego fuera hecho en el continente Americano, especialmente en Norteamérica, sin variar nada de su historia, pero si la forma de jugarlo, sería simplemente un button masher, tipo God of War o Deadpool (ambos me encantan), en el que se presiona Start, se comienza, se va avanzando, se van actualizando las armas y los ataques, se llevan a un máximo nivel, el juego se termina y fin, pare de contar.  Pero no, este juego es 100% japonés y el nivel de personalización de las armas, la forma de irlas evolucionando, configurando sus ataques y poniéndolas a punto para enfrentar nuevos enemigos, es también 100% complicado (al menos para mi).

God Eater 2

El nivel de personalización en el juego es demasiado extenso y toma un buen tiempo comenzar a entenderlo.

Al entrar a los menús de configuración hay una breve explicación sobre cómo debe hacerse, pero eso no aclara lo suficiente qué debe hacerse para que el arma que ya tenemos mejore.  Asumí, luego de haber enfrentado varios Aragamis, que al utilizar mi God Arc contra ellos, voy adquiriendo poderes más fuertes y que al finalizar cada combate debo ponérselo al arma de mi predilección.  Hasta ahí todo fácil, pero luego empezó a complicarse cuando vi que debo hacer algo parecido con cada uno de mis compañeros, es decir, no solo debo actualizar mis armas, mis defensas y mis poderes, si no que debo hacerlo también con los NPC’s que me acompañan en el juego.

Es ahí cuando este juego se separa de lo que estamos acostumbrados y me doy cuenta porqué estas sagas, así cuenten con un importante número de jugadores, se toman su tiempo entre lanzamientos y es porque con estos niveles de complejidad que tienen, lograr todos los trofeos o encontrar el arma perfecta para nosotros, puede llevar mucho más tiempo del que estamos acostumbrados los occidentales.

Esta complejidad, siento yo que toma mucho tiempo a los desarrolladores para alcanzar a tenerla a punto para el lanzamiento del juego, porque un solo stat de un arma puede cambiar por completo la experiencia del jugador y por esta razón se descuidan otros aspectos fundamentales del videojuego, en este caso, las gráficas.  God Eater 2: Rage Burst no tiene un nivel gráfico muy elevado, las texturas son muy sencillas y los mapas no tienen mayor nivel de dificultad o de desarrollo, algo que no afecta para nada el desempeño del juego, pero si la experiencia a la que estamos acostumbrados en otras sagas, incluso en algunos MMORPG’s.  Esto, unido al tema de la personalización, hace que el juego tenga muchas ‘cinemáticas’, pero con render in-game, es decir, se generan en el momento en que las vemos y nuestro personaje sale tal cual lo creamos al inicio del juego, algo interesante, pero que no aprovecha al máximo la capacidad de procesamiento de la Playstation 4.

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¡Algunos mapas son muy sencillos, pero no pueden decir que las instalaciones de Fenrir lo sean!

Lo que si me llamó mucho la atención, fue la historia en particular de este juego, no de los God Eater en general, que tienen mangas, animes e incluso OVA’s, si no de este Rage Burst, ya que hay un tema muy recurrente dentro de la cultura oriental y es el paso por la escuela y todo lo relacionado con ello, con temas como el bullying, el respeto entre alumnos y estudiantes y obviamente, el enamorarnos de algún compañero de clases.  Finalmente Fenrir es eso, una escuela donde asisten los God Eaters y la única diferencia con nuestro mundo, es que ellos deben enfrentarse a unos dioses, bajo la protección de unos brazaletes que guardan sus God Arcs y que de no tenerlos, terminarían por consumirlos y convertirlos también en Aragamis -todo tan parecido a nuestra realidad-.

Otro tema que también está presente en la historia de God Eater 2, y que es muy recurrente en Japón, es su fascinación por los artistas, en especial los cantantes.  Esto me recordó un poco a Lynn Minmei de la saga de Macross/Robotech o a Hatsune Miku, la más famosa integrante de los Vocaloids, así que con esto, quedan bien definidos los tres arquetipos que conforman el juego: estudiantes de preparatoria japoneses, dioses que intentan destruir a la humanidad y una famosa cantante de J-Pop, que para evitarles spoilers, no les diré cómo se unen estas tres cosas dentro del juego, pero vale la pena que lo averigüen.

No he terminado el God Eater 2: Rage Burst, aunque ya voy bastante adelante en la historia y es muy probable que lo termine sin entender del todo cómo funciona y sin poder personalizar totalmente mis armas, escudos y ataques, pero es un juego que por más que lo intento, no soy capaz de no seguirlo jugando.

Debo recomendarles también que escuchen la banda sonora original del juego, es de las mejores que he escuchado y a medida que vayan avanzando en el juego, podrán dirigirse a una terminal que hay dentro de las instalaciones de Fenrir para escucharla sin el ruido de las batallas o las voces de los personajes de fondo.

También, si lo desean, pueden ver el anime de God Eater en Crunchyroll o en Daisuki y así entender mejor su historia.

Mi calificación para el God Eater 2: Rage Burst

Historia: 9
Gráficos: 6
OST: 10
Dificultad: 7
Diversion: 8
Duración: 8 (llevo varios días jugando y pueden ser años)
Originalidad: 7 (muchos lo comparan con Monster Hunter que es del 2004)
Total: 7.8

El que títulos como el God Eater 2: Rage Burst lleguen al público occidental y en especial al latinoamericano, son una fuerte apuesta de empresas como Bandai de ofrecernos juegos que retan lo tradicional y que son una muy buena representación de la cultura japonesa.

¡Gracias por leer!

@alejoserrano

 

Este review del God Eater 2: Rage Burst se realizó con una copia digital para la Playstation 2, enviado a Geeks Magazine por Bandai Namco Latinoamérica y la agencia Syspertec.

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