Las religiones de Westeros – Game of Thrones

Más de una vez hemos oído a los personajes de Game of Thrones (Juego de Tronos) jurar «por los dioses antiguos y los nuevos«. Pero, ¿a qué dioses se refieren? ¿El dios de fuego de Melissandre está en ese mismo parche de los nuevos o son otros dioses diferentes?

Continuando con nuestro especial de dos meses de Game of Thrones, arranquemos por decir que la expresión «los dioses antiguos y los nuevos» solo tiene sentido en Westeros (Poniente), ya que en Essos creen en dioses como R’hllor, el Cabrío Negro de Qohor, la Muerte o el Dios sin Rostro (el de Jaqen H’gar). Mientras tanto, en Westeros conviven lo que queda de la religion nativa con las deidades que trajeron los Ándalos cuando conquistaron el continente provenientes de Essos. Es como decir «por la Pacha Mama y Chuchito bendito«, que tiene sentido para los Americanos pero no para un indonesio, por ejemplo.

Los Dioses Antiguos

Árbol Sagrado donde opera el cuervo de tres ojos que acoge a Bran Stark en Game of Thrones.

Los dioses antiguos de Westeros (Poniente) son las deidades nativas del continente de las que eran devotos los llamados Niños del Bosque (Children of the Forest) y los gigantes hace miles de años. Son innumerables espíritus de la naturaleza que se manifiestan a través de los ríos y los árboles, especialmente los árboles corazón, de tronco blanco y hojas rojas, a quienes los Niños del Bosque les tallaron rostros de ojos sangrantes. Todo era paz y armonía hasta que, 12.000 años antes de Aegon, llegaron los humanos al continente: los Primeros Hombres.

Mapa de Westeros y Essos

Los Primeros Hombres vinieron de Essos a través de un estrecho que conectaba los dos continentes por Dorne, de manera similar a como muchos asiáticos entraron a Alaska a través del estrecho de Bering. Los nativos al darse cuenta de la invasión que se les venía encima, usaron la magia de sus dioses del bosque para destruir el pasadizo. Actualmente solo quedan unas cuantas islas que recuerdan esas piedras que se usan para saltar de una a otra hasta cruzar al otro lado de un río. Por eso los habitantes de Dorne (el reino más al sur de Westeros) llaman a esta zona el Brazo Roto (the Broken Arm) y al archipiélago, las Stepstones.

Los Niños del Bosque y sus hechiceros resistieron la invasión por dos mil años hasta lograr que los Primeros Hombres firmaran un Pacto de paz y mutua cooperación en la Isla de las Caras. Los nativos se quedaron con los bosques y los humanos con el resto de las tierras, prometiendo nunca cortar los bosques sagrados custodiados por los árboles corazón. Y otra vez todo fue paz y armonía.

Con el paso de los siglos los Primeros Hombres colonizaron todo el continente hasta llegar incluso a las heladas tierras de los gigantes en el extremo norte. De estos colonos descienden tanto los salvajes (wildlings) como la inmensa mayoría de los norteños, especialmente los Stark. Por eso Tyrion Lannister dice que «la única diferencia entre los salvajes y nosotros es que cuando se alzó el Muro, nuestros ancestros resultaron viviendo en el lado correcto de éste«. El Pacto funcionó tan bien que dos mil años más tarde, cuando los Caminantes Blancos (White Walkers) atacaron por primera vez, los Niños del Bosque, los gigantes y los Primeros Hombres se unieron para repeler la invasión. Quedaron tan alarmados que el Rey en el Norte de ese entonces, se ganaría el nombre de Brandon el Constructor cuando mandó levantar el Muro, guarnecido por la Guardia de la Noche, todo de su bolsillo. Como resultado de esta estrecha cooperación, los Primeros Hombres acabaron adorando también a los dioses del bosque, manteniendo en cada castillo un bosque sagrado. Recordemos por ejemplo aquel en King’s Landing donde se va a refugiar Sansa Stark cuando Joffrey estaba especialmente intenso.

Creencias y costumbres

Los devotos de los dioses del bosque los veneran a través de la meditación en los bosques sagrados. No tienen sacerdotes ni rituales con la excepción del matrimonio (como el de Sansa Stark con Ramsay Bolton), celebrado ante un árbol corazón. Es una religión muy personal, donde los dioses responden sutilmente las plegarias a través del viento u otras manifestaciones de la naturaleza. Se dice que mientras haya árboles sagrados, los dioses tienen poder. Así lo comprueba Bran Stark al «conectarse» a la red del Cuervo de Tres Ojos (una especie de Maestro Yoda de Westeros) y percibir el mundo a través de los árboles.

Los Nuevos Dioses

Los siete dioses dentro de la Gran Catedral de Baelor en King’s Landing.

Los nuevos dioses se refieren a la Fe de los Siete, traída con la invasión de los Ándalos unos seis mil años antes de Aegon. Desembarcaron en los Dedos (The Fingers, donde nació Petyr Bailish, de ahí el apodo de Meñique o Littlefinger) provenientes de Essos. Armados con espadas de hierro, en pocos siglos conquistaron los reinos de los Primeros Hombres y exterminaron a los Niños del Bosque que pudieron encontrar. Metódicamente fueron talando y quemando los bosques sagrados de todo el sur hasta que quedaron solamente en el Norte (que no pudieron conquistar) y dentro de algunos castillos al sur del Cuello.

La Fe de los Siete se volvió la religión dominante, hasta el punto en que tenían su propio brazo armado para hacer cumplir sus mandamientos: los Militantes de la Fe. Eran una fuerza paramilitar que podía enjuiciar a reyes, ejecutar pecadores y exigir tributos «para la Fe». La guachafita les duró hasta el año 42 después de Aegon cuando el tercer rey de la dinastía Targaryen, Maegor el Cruel, aplastó una de sus tantas rebeliones y asesinó a muchos de sus militantes con fuego de dragón. Quedó prohibido, bajo pena de muerte, que los fieles de los Siete portaran armas. Desde entonces, los septones y septas mantuvieron vivas las tradiciones y creencias de su religión a través de la educación y el servicio social.

Creencias y costumbres

A diferencia de la religión de los Dioses del Bosque, la Fe de los Siete es una religión monoteísta cuyo dios es el único verdadero, por lo que considera a las demás religiones una abominación. Este único dios tiene siete aspectos, por lo que también se le llama el Dios de las Siete Caras, de manera similar al Padre, Hijo y Espíritu Santo de la tradición cristiana. Sin embargo, en la tradición popular la gente los trata como siete dioses diferentes y se refiere a ellos como «Los Siete» o simplemente «Los Dioses«. Los siete aspectos son:

• El Padre: representa la justicia divina y juzga las almas de los muertos. Favorito de los poderosos.
• La Madre: representa misericordia, paz, fertilidad y procreación. A esta le rezan las señoras.
• La Doncella: representa pureza, inocencia, amor y belleza. Fuerte entre las jóvenes solteras.
• La Anciana: representa sabiduría y previsión. Se la representa cargando una linterna.
• El Guerrero: representa fortaleza y coraje en batalla. Predilecto de soldados y piratas.
• El Herrero: representa la creatividad y habilidad manual. Preferido por los ingenieros civiles, fabricantes de armas, naves y máquinas en general.
• El Extraño: representa muerte y lo desconocido. No tiene muchos fans que digamos.

En los aniversarios, la gente no celebra su día de nacimiento (birthday) sino el día de su nombramiento (nameday). Se debe a la tradición de nombrar a los bebés mientras los ungen con aceites sagrados, buscando la protección de Los Siete inmediatamente después de nacer.

Solo los devotos de Los Siete pueden ordenarse como Caballeros, por lo que prácticamente no hay Caballeros en el Norte, donde son devotos de los Dioses del Bosque.

Los religiosos de esta fe tienen un libro sagrado (La Estrella de Siete Puntas), una rígida estructura jerárquica encabezada por el Septón Supremo, una rica variedad de rituales y ceremonias y usan templos especiales llamados septas. Consideran pecados graves la homosexualidad, el incesto, el sexo por fuera del matrimonio y como consecuencia, desprecian a los bastardos (lo sentimos, Jon Snow).

Los dioses antiguos y los nuevos en el universo de Game of Thrones

Como los Ándalos se combinaron con los Primeros Hombres, de este mestizaje salió la coexistencia de ambas religiones. Los sectores más humildes seguían siendo adoradores de los dioses antiguos de puertas para adentro mientras las clases altas, con más sangre de Ándalos en sus venas, eran más devotos de los Siete. Al acabar Maegor el Cruel con el adoctrinamiento por la fuerza de los Militantes de la Fe, la gente acabó por adoptar con cierta libertad los dioses con los que más se identificaran, llegando a una relativa tolerancia religiosa. Por eso también en Westeros era posible encontrar evangelistas del Dios de la Luz R’hllor como Melissandre o Thoros de Myr, mientras que en las Islas de Hierro, los Greyjoy seguían adorando como si nada a su Dios Ahogado. Incluso en el Norte, Eddard Stark mandó a construir una pequeña capilla en Winterfell para que su esposa Catelyn y sus hijos (sobre todo Robb y Sansa), pudieran seguir con sus tradiciones sureñas y no olvidar a los Siete.

Ahora sí podemos decir con confianza «por los dioses antiguos y los nuevos».

¡Gracias por leer!

@ApoloDuvalis

Nota: para entender mejor las sucesivas migraciones durante las que se pobló Westeros, ver este excelente Mapa de la Historia de Canción de Hielo y Fuego.